En el marco del 2025 European Education and Skills Summit – European Education Area, la Comisión Europea ha publicado el Education and Training Monitor 2025. El monitor consta de un informe comparativo que realiza un seguimiento del progreso hacia los objetivos de la UE para 2030 y enlaza con otras fuentes de evidencia para proporcionar contexto y sugerir posibles vías de avance; informes por país que se centran en los desarrollos de política en los 27 Estados miembros y ofrecen una visión en profundidad del rendimiento de los sistemas educativos de la UE; y una herramienta interactiva que proporciona una panorámica de la base de evidencia temática y específica por país.
El volumen comparado presenta la situación del conjunto de los países según los objetivos educativos definidos en el Marco estratégico para la cooperación europea en el ámbito de la educación y la formación con miras al Espacio Europeo de Educación y más allá (2021-2030) integrándose con el Plan Estratégico para la Enseñanza de las CTIM: competencias para la competitividad y la innovación y el Plan de Acción para las Competencias Básicas, los cuales cuentan con diversos indicadores sobre desarrollo personal, empleabilidad y datos sobre la educación STEM.
Los informes por país presentan un resumen sobre los principales indicadores educativos europeos y seis capítulos con temáticas que abarcan desde la educación en la primera infancia hasta la educación de adultos, incluyendo aspectos como la educación STEM o la educación secundaria y terciaria. Este informe se elabora de manera individualizada para cada uno de los veintisiete países participantes, realizando evaluaciones de las principales medidas políticas en cada Estado miembro de la UE. Las evidencias cuantitativas y cualitativas permiten conocer la información más relevante de los sistemas nacionales de educación y formación.
España en el Education and Training Monitor 2025. Comparative report
Figura 1. Objetivos europeos 2030
El inicio del informe comparado muestra los siete objetivos marcados en el Marco estratégico para la cooperación europea en el ámbito de la educación y la formación con miras al Espacio Europeo de Educación y más allá (2021-2030) y sus correspondientes indicadores de cumplimiento. Como se observa en la Figura 1, España cumple con tres de los objetivos propuestos, a razón de la participación en la educación infantil, la exposición de los titulados de EFP al aprendizaje basado en el trabajo y la finalización de la enseñanza terciaria. El resto de los objetivos muestran avances con respecto a 2015, presentando tendencias similares o superiores a la media de los países participantes de la Unión Europea.
El primer capítulo se centra en los especialistas en las áreas de ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas (STEM, por sus siglas en inglés), puesto que fomentar la competitividad, impulsar el liderazgo tecnológico y reforzar la seguridad y la autonomía estratégica en un contexto geopolítico volátil son prioridades clave para la UE. La escasez de los profesionales en STEM, especialmente en ingeniería, construcción y TIC, se acompaña con una de las tasas de contratación más alta, lo que evidencia una fuerte demanda que es apoyada por el Plan Estratégico para la Enseñanza de las CTIM.
España aún se encuentra por debajo del objetivo europeo de alcanzar un 32 % de matriculación en disciplinas STEM en la educación terciaria. En 2023, el 24,7 % del conjunto de estudiantes de educación superior estaba matriculado en estudios STEM, por debajo tanto de la media de la UE (26,9 %) como de la cifra registrada en 2015. Dentro del conjunto STEM, las ingenierías concentran la mayoría de las matriculaciones (51,2 %), seguidas de las TIC (26,9 %) y de las ciencias naturales y las matemáticas (21,9 %).
El capítulo segundo señala la relevancia de la obtención de competencias básicas como un factor esencial para la competitividad europea, además de ser un pilar fundamental para la preparación futura y la cohesión social. La situación actual de la Unión Europea muestra que las personas jóvenes y adultas presentan dificultades en lectura, matemáticas, ciencias, competencias digitales y cívicas.
Por ejemplo, ningún país cumple con el objetivo de situar la representación en bajo rendimiento en alfabetización informática y en materia de información por debajo del 15% (Figura 2). En este indicador España presenta datos similares a la media de la Unión Europea.
Figura 2. Bajo rendimiento de alumnos de octavo curso en competencias digitales
El tercer capítulo se centra en la educación y el cuidado de la primera infancia, que sienta las bases para el desarrollo y aprendizaje futuro. El logro de los objetivos relacionados con esta materia contribuye a la reducción del bajo rendimiento en competencias básicas y un estado de bienestar a largo plazo, especialmente en el caso de los niños en situación de vulnerabilidad.
Uno de los principales objetivos establecidos en el Marco estratégico para la cooperación europea en el ámbito de la educación y la formación con miras al Espacio Europeo de Educación y más allá (2021-2030) pretende que al menos el 96% de los niños con edades comprendidas entre los tres años y la edad de escolarización obligatoria debe participar en la educación y los cuidados de la primera infancia. En la Figura 3, se muestran datos positivos en gran parte de los países miembros, obteniéndose una media que cumple con el objetivo planteado para 2030. España se posiciona como el tercer país con mayor tasa de escolarización en relación con el objetivo anteriormente mencionado, alcanzando un valor del 97,7%.
El reto para la mayor parte de los países europeos sigue estando en la participación de la población más vulnerable. De hecho, entre 2016 y 2024, aunque la mayoría de países de la UE aumentaron la participación de la población infantil vulnerable en educación infantil, solo unos pocos lograron reducir realmente la brecha.
Figura 3. Porcentaje del alumnado participante en la educación infantil desde los 3 años
El cuarto capítulo aborda la importancia de los sistemas educativos en la trayectoria académica y laboral de los jóvenes. La influencia de estos marcos resulta esencial para evitar el abandono de la educación secundaria superior, ya sea a través de un programa general o profesional, construyendo el requisito mínimo para puestos de trabajo que exigen un conjunto complejo de competencias.
El objetivo establecido para el 2030 señala que la población que abandona prematuramente antes de conseguir el título de educación secundaria superior debe situarse igual o por debajo del 9%. Esta meta está cerca de lograrse en la media europea, aunque los datos de España son ligeramente más desfavorables. Además, solo el 47,8% de media en la UE y el 50,8 % en España de estos jóvenes tiene empleo y, aun así, muchos afrontan una alta inseguridad laboral (Figura 4). Además, es poco frecuente que vuelvan a estudiar, y resulta muy difícil contactar con ellos una vez que abandonan el sistema educativo. Por ello, es fundamental priorizar la prevención y la intervención temprana.
Figura 4. Porcentaje del alumnado que abandona prematuramente la educación
El capítulo 5 examina el marco de la educación y la formación profesional (EFP), que proporciona a la población de conocimientos, habilidades y competencias necesarias para ocupaciones específicas del mercado laboral. Al igual que en el ámbito de las STEM, algunas ocupaciones presentan escasez de mano de obra, lo que influye en la competitividad y en la preparación de Europa. Además, se trabaja para establecer vínculos más estrechos entre la EFP y la educación terciaria para mejorar su atractividad mediante las perspectivas profesionales y el desarrollo personal de esta etapa.
El objetivo establecido por la Unión Europea para el año 2030 señala que al menos el 60 % de los graduados en EFP deben haber experimentado el aprendizaje en el trabajo como parte de su formación. España, al igual que la media de la Unión Europea, ha cumplido con dicho objetivo. El caso de España presenta datos superiores a la media, posicionándose como el tercer país con mayor representación con un 90,8 % (Figura 5).
Figura 5. Porcentaje del alumnado graduado en EFP con experiencias de aprendizaje basado en el trabajo
El capítulo 6 destaca la educación terciaria como un motor de crecimiento económico tanto a nivel individual, gracias a sus beneficios laborales y sociales, como a nivel estatal. En los últimos años, Europa ha experimentado una democratización de las universidades, lo cual ha repercutido en un aumento de los graduados en esta etapa y en un incremento de las altas cualificaciones en el mercado laboral.
Los objetivos establecidos para esta etapa plantean alcanzar el 45 % de la población adulta joven con nivel de educación terciaria. España ha conseguido superar esta meta, situándose por encima de la media de la Unión Europea y posicionándose entre los mejores países de los estados miembros.
Finalmente, el capítulo 7 señala que el papel del aprendizaje de adultos resulta esencial para mantener la pertinencia de las competencias a lo largo de toda la vida y poder responder a las exigencias cambiantes del mercado laboral. El marco de actuación de la Unión Europea establece como prioridad el aprendizaje en esta etapa vital, prestando especial atención a las competencias básicas para el desarrollo de competencias futuras.
España y la media de la Unión Europea muestran tendencias positivas en esta materia desde 2015, aunque quedan lejos del objetivo del 47 % de población adulta participante en aprendizaje durante los últimos 12 meses para 2025.
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